Desayuno. Salida del hotel camino a la ciudad de Birgu (Victoriosa). Tras un paseo por sus cimbreantes calles, tomaremos un dghajsa, tradicional góndola maltesa, que tras un crucero por el Grand Harbour, nos dejará en Valletta. Los 320 monumentos erectos en Valletta, todos en un área total de 55 hectáreas la convierten un una de las áreas de mayor concentración histórica en el mundo.. Construida por la Orden de San Juan, la primera piedra de la capital de Malta se colocó en el año 1566, tras el “Gran asalto turco”, buscando cerrar el paso al Grand Harbour en un posible nuevo ataque turco.
Tras aquella, muchas la siguieron hasta conformar la cuidad más moderna de Europa en el siglo XVI. En aquel momento, su principal encanto residía, no solo en sus calles color miel o sus vistas panorámicas del Grand Harbour, si no en que la ciudad de Valletta ¡no olía! ya que fue construida sobre un sistema de canalizaciones y tuberías que hicieron de ella la ciudad soñada de la nobleza europea. También de la mano de la Orden de San Juan llega el barroco a la ciudad, la cual se moderniza en el nuevo estilo perdiendo su anterior aire de fortaleza bélica. Los edificios se elevan en una planta y se superpusieron fachadas barrocas que aun hoy nos observan desde los grandes portalones de los albergues y propiedades de los caballeros.
A principios del siglo XXI, la ciudad conserva todo su encanto. Es capaz de penetrar en el espíritu de los viajeros más experimentados, dejando una huella difícil de olvidar. Pasearemos sus calles y puntos más emblemáticos como Upper Barraka garden, con sus espectaculares vistas del Gran Puerto; visitaremos el Museo arqueológico de Malta, donde encontraremos todos los artefactos encontrados en los templos prehistóricos y el Hipogeum, como la preciosa Sleeping lady; y por supuesto, en la con-catedral de San Juan. Inaugurada en 1572, poco después del gran asalto turco, la primera intención es construir una iglesia conventual para la nueva ciudad de la orden, de uso exclusivo para sus caballeros, y debido a la situación del momento (se temía un nuevo ataque turco en cualquier momento) se construyó un edificio acorde con la época: sobrio, militar y resistente. Pero con el paso del tiempo y el cambio de situación, también el edificio cambió: con la llegada del barroco el edifico se decoró hasta el punto de que hoy día es considerado uno de los edificios más sobrecargados de este estilo.
Y la situación continuó hasta la expulsión de la orden por las tropas napoleónicas, pudiendo encontrarse así prácticamente todos los estilos de arte clásicos. Un derroche de colorido que va desde el suelo (al que se ha llegado a describir como “el suelo más hermoso del mundo”) plagado de trabajadas tumbas de mármol, hasta el techo decorado por Mattia Pretti, pasando por todas y cada una de las capillas de las distintas lenguas de la orden. Y como culmen de este edificio único dos Caravaggio: “San Jerónimo escribiendo” y la obra maestra de il Calabrese, “La decapitación de San Juan”. Cena y alojamiento.