Cuando escuchamos o leemos esta palabra: EGIPTO, nuestro inconsciente y nuestra imaginación inmediatamente nos transportan a las Pirámides, a los Templos de los distintos dioses, a los obeliscos, a las tumbas, a las momias y a las estatuas de los más variopintos faraones. Todo enorme. Todo grandioso. Todo fuera de media. Pero, todo armónico, bello, estético.